La naturaleza del juego es tan fascinante que nos invita a reflexionar sobre cómo trasciende en la vida de los niños. El juego libre, en su forma más pura, surge de los intereses auténticos de los niños y se manifiesta en su interacción con el mundo que les rodea. Es una expresión de espontaneidad y libertad, un lenguaje infantil que va más allá de una estructura lineal.
Terre de hommes Alemania, promueve la Semana Mundial de Jugar que representa una gran movilización en Latinoamérica para concientizar a la sociedad sobre la importancia del juego y la esencia de la infancia. A través de juegos, conferencias, seminarios y movilizaciones, se busca sensibilizar tanto a la sociedad como a los gobiernos locales sobre la importancia fundamental del derecho a jugar en el desarrollo digno de niñas, niños y adolescentes. Este evento nos invita a reflexionar y actuar para asegurar que todos los niños tengan acceso a un entorno propicio para jugar, crecer y desarrollarse plenamente.
El programa Andino de tdh A, reconoce la importancia de mantener vivas las tradiciones orales y promover su integración en el juego de las nuevas generaciones. La digitalización ha traído consigo muchos beneficios, pero también puede llevar a la pérdida de las tradiciones culturales y el conocimiento transmitido oralmente. Fomentar espacios donde se promueva el juego como una forma de explorar las raíces culturales es una excelente manera de preservar y transmitir estas tradiciones.
A través del juego, las niñas, niños y adolescentes tienen la oportunidad de aprender las historias transmitidas por sus padres y conectarse con sus ancestros de una manera lúdica y participativa. Esto no solo fortalece su sentido de identidad cultural, sino que también promueve la transmisión intergeneracional de conocimientos y valores. Asimismo, los niños investigan, crean y se conectan con su entorno en toda su potencia. Sin embargo, esta conexión va más allá de la simple diversión. El juego libre también implica una relación respetuosa con la naturaleza. Reconocemos que los niños son parte de la naturaleza y que todos los seres humanos, sin importar su edad, formamos parte de este entramado. Es a través del juego que los niños viven y se relacionan con los demás, experimentando la interconexión entre ellos y el entorno natural.
A continuación, exploraremos cómo las copartes del Programa Andino, contribuyen a crear espacios que fortalezcan la conexión profunda de la infancia y la naturaleza mediante el juego.
Pukllay en los andes
En la compresión andina, el juego no es solo una actividad recreativa en los niños, sino que es una forma de vivir. El Pukllay (juego en quechua) es una parte integral de la cultura quechua, ya que tanto niños como adultos construyen sus vínculos con su Ayllu o comunidad de forma afectuosa y alegre, que les permite vivir en sintonía con la naturaleza. Así también, en las comunidades andinas, el juego es una forma de conexión social y de preservación de tradiciones ancestrales que se pueden observar durante festividades que incluyen actividades como danzas y competencias.
Los juegos en el niño de los Andes no necesariamente involucran juguetes fabricados en la cultura occidental, como son las muñecas o los carritos u otros objetos que contengan uso de baterías, sino que de este lado de la región la actividad lúdica está enlazado a actividades que los niños observan y les llama la atención en el Ayllu, como son imitar cuidar al ganado de los ladrones cada vez que juegan al abigeo, impartir justicia o tomar decisiones cuando juegan a las asambleas comunales, preparar telares, cocinar o construir casas también son juegos que les genera aprendizajes para la vida y estimulan sus destrezas.
Algunos ejemplos desde las copartes:
El diseño de actividades relacionadas al tema productivo, como el juego “Sacar la cebolla”, por parte del Centro de Servicios Agropecuarios Técnicos Chuquisaca (CESATCH) en Bolivia, es un ejemplo interesante de cómo se puede vincular el juego con la realidad local de los niños y niñas. Este tipo de actividades permite que los niños vivan una experiencia divertida y significativa relacionada con la producción de cebollas en su entorno.
“los niños se sujetan de un poste y el comprador intenta jalar a uno de ellos hasta que se suelten uno por uno de los que están sujetados…” CESATCH
El juego “Sacar la cebolla” puede tener varios objetivos, por un lado, fomenta habilidades sociales y emocionales, ya que los niños deben trabajar en equipo, comunicarse y tomar decisiones para mantenerse sujetos al poste. También puede promover la competitividad saludable y el espíritu de colaboración entre los participantes. Es importante destacar que la adaptación de actividades lúdicas al contexto territorial es esencial para que los niños y niñas puedan relacionarse directamente con su entorno y comprender mejor su realidad. Esto les brinda una conexión más profunda con la cultura local y les permite apreciar la importancia de la agricultura y la producción de alimentos en su comunidad.
En resumen, el diseño de actividades como el juego “Sacar la cebolla” por parte de CESATCH demuestra cómo es posible combinar el juego, la diversión y el aprendizaje en un contexto productivo.
La visión de la coparte Fundación AYNI en Bolivia, que se enfoca en la recuperación de juegos tradicionales como el balero, el trompo, la liga y la soga, es muy valiosa. Al promover y revivir estos juegos tradicionales, fomenta la conexión de los niños con la cultura y las tradiciones locales. Promueve la utilización de elementos de la naturaleza durante los juegos, siendo una forma creativa de integrar el entorno natural en las actividades. Esto puede incluir el uso de materiales naturales. Además, enfatiza el cuidado de la madre tierra durante las interacciones con los padres y durante el juego mismo brinda a los niños una conciencia sobre la importancia de proteger y respetar el medio ambiente.
La oportunidad de que los niños hablen con sus padres sobre los juegos que ellos solían jugar cuando eran niños promueve la transmisión intergeneracional de conocimientos y fortalece los vínculos familiares. Además, al relacionarse con la naturaleza de manera respetuosa y significativa durante los juegos, los niños desarrollan un sentido de conexión y responsabilidad hacia la madre tierra. Esta experiencia les ayuda a comprender la importancia de cuidar y preservar la naturaleza, promoviendo actitudes y comportamientos sostenibles.
Mientras que el enfoque de la coparte INTI Watana en la Paz, Bolivia, se centra en la recuperación de saberes y prácticas ancestrales, reconociendo que los juegos tradicionales surgían de la relación entre las personas y la naturaleza. En este sentido, se recrearán e imitarán formas y sonidos de la naturaleza para crear juegos. Los niños tienen la oportunidad de hablar con sus padres y abuelos acerca de los juegos que solían jugar en su infancia y comparten estas experiencias entre ellos. El objetivo es reflexionar sobre la naturaleza del juego y los aprendizajes que se obtienen
La labor de la coparte Asociación Bartolomé Aripaylla en Ayacucho, Perú, al recuperar los juegos tradicionales y el intercambio con otras comunidades promueve la valoración de la cultura local y fortalece los lazos comunitarios. El énfasis en la recuperación de juegos tradicionales durante los meses de abril y mayo muestra un compromiso con la preservación de las tradiciones autóctonas. Estos juegos son parte del patrimonio cultural y tienen un significado especial en la identidad de la comunidad. Al involucrar a las familias en la recuperación y práctica de estos juegos, se fomenta la transmisión intergeneracional de conocimientos y se mantiene viva la tradición.
La realización de estas actividades en la comunidad es relevante, ya que tienen una fuerte conexión con la cultura y tradiciones autóctonas. Al brindar a los niños, niñas y adolescentes la oportunidad de participar en estos juegos tradicionales, se fortalece su sentido de pertenencia, se promueve el respeto por la cultura local y se valoran las tradiciones arraigadas en la comunidad. Además de la diversión y el entretenimiento que proporcionan los juegos, estas actividades tienen un impacto significativo en el fortalecimiento de los lazos comunitarios. Al interactuar con otras comunidades, los niños y niñas tienen la oportunidad de compartir experiencias, conocimientos y tradiciones. Esto contribuye a la construcción de relaciones interpersonales, la promoción de la solidaridad y el enriquecimiento mutuo entre las comunidades.
En resumen, el juego en los andes es una poderosa herramienta que atraviesa generaciones, conectando a niñas, niños y adolescentes con la riqueza de la tradición oral. A lo largo de los siglos, las historias y los cuentos transmitidos de boca en boca han sido elementos esenciales en el desarrollo de la imaginación, la creatividad y el aprendizaje de las nuevas generaciones. Estas actividades no solo preservan las tradiciones autóctonas, sino que también fortalecen los lazos comunitarios y promueven el valor de la cultura local en las nuevas generaciones.
Juego y resiliencia
Como lo señalamos anteriormente, el juego es una vivencia diferente en cada sociedad, en cada territorio y cultura; así como la infancia que se vive de formas también muy diversas. En contextos de carencia el juego resulta no sólo en una experiencia lúdica y socializadora, sino también sobre todo un mecanismo de sobrevivencia, ya que proporciona un espacio seguro para enfrentar situaciones difíciles y practicar estrategias de afrontamiento y superación de las adversidades.
Es así como en perfecta sintonía con el espíritu de la Semana Mundial del Juego, Arena y Estera se compromete plenamente a empoderar a las niñas, niños y adolescentes como actores sociales en su comunidad, fomentando su autonomía, liderazgo y participación a través de las artes comunitarias. Mediante una serie de actividades en los colegios de Villa El Salvador (Perú), incluyendo juegos tradicionales y su participación en el Festival de Biodiversidad del Ministerio de Educación – MINEDU, demuestran su dedicación en promover el bienestar y empoderamiento de los jóvenes como líderes y catalizadores de cambio social en nuestra sociedad.
Durante la Semana Mundial del Juego, el Movimiento de Niños, Niñas y Adolescentes Trabajadores – MANTHOC, también se une a la celebración con un enfoque especial. Mediante una ginkana y diversos juegos en el Mercado Central y el boulevard de Iquitos, MANTHOC busca proporcionarles momentos de diversión y esparcimiento, reconociendo su derecho al juego y brindándoles un respiro en medio de sus responsabilidades.
Trabajando de cerca con los niños que se encuentran en las calles, incluyendo aquellos que realizan labores para ayudar a sus familias, MANTHOC comprende la importancia de ofrecerles oportunidades para descansar y disfrutar de su infancia. Estos juegos les permiten disfrutar de un breve momento de distracción y diversión, fortaleciendo su bienestar emocional, liberando tensiones y fomentando su resiliencia en el contexto de sus responsabilidades cotidianas.
Como se observa, durante la infancia, las niñas y los niños adquieren habilidades cognitivas, emocionales y sociales que son esenciales para enfrentar los desafíos de la vida adulta. El juego les brinda la oportunidad de explorar, experimentar, resolver problemas, aprender reglas, desarrollar la creatividad y fortalecer habilidades sociales, como la cooperación, la negociación y la empatía.
Además, estos elementos son perseguidos en el desarrollo de la organización social y las estrategias educativas para el logro de habilidades blandas y la buena gestión de las emociones. Es importante reconocer que el juego no solo es un pasatiempo, sino que también forma habilidades para la vida en comunidad.
Es fundamental que los adultos y las instituciones reconozcan el valor del juego en el crecimiento y desarrollo integral de los niños, y lo promuevan activamente en entornos educativos, comunitarios y familiares. Al hacerlo, se estarán sentando las bases para que los niños se conviertan en adultos resilientes, responsables, colaborativos y capaces de enfrentar los desafíos de la vida en sociedad.
La pandemia y postpandemia
Es cierto que las medidas drásticas tomadas a inicios del 2020 en América Latina, como el aislamiento social y el uso de equipos de protección, tuvieron consecuencias significativas en la sociedad en general, y particularmente en los niños. Estas acciones, necesarias para frenar el avance de la covid-19, generaron diversos impactos en su bienestar y desarrollo.
Uno de los aspectos más afectados fue el relacionamiento de los niños con sus pares. El distanciamiento social y la limitación de interacciones sociales presenciales dificultaron la posibilidad de jugar y socializar en espacios libres, lo que es fundamental para su desarrollo socioemocional. Además, la falta de acceso a espacios naturales y abiertos, como parques o áreas recreativas al aire libre, limitó las oportunidades de los niños de disfrutar de la naturaleza y realizar actividades al aire libre, lo cual es beneficioso para su salud física y mental.
“Jeferson tenía ataques de ansiedad cada vez que abríamos la puerta. Hemos tenido que llevarlo al psicólogo para que pueda salir de la casa sin que llore. Así se puso cuando murió su abuelito por el COVID y peor con tantas noticias malas, tuvimos que esconder la tele (…) Ahora que viene a los talleres de teatro donde todo lo hacen jugando ha hecho muchos progresos, se deja abrazar y le gusta mucho cuando van a la huerta, eso le gusta mucho”
Rosa Monteza, mamá
Villa El Salvador
Tras un periodo de crisis y desafíos sin precedentes debido a la pandemia, las niñas, los niños y el juego se vuelven aún más relevantes en la etapa de postpandemia. El juego se convierte en un recurso esencial para ayudar a los niños a enfrentar y superar las dificultades emocionales y sociales que han experimentado durante este tiempo.
La postpandemia brinda una oportunidad para reconstruir y fortalecer la importancia del juego en la vida de los niños. Después de largos periodos de confinamiento y limitaciones en las interacciones sociales, el juego se presenta como una poderosa herramienta para la recuperación, la socialización y el bienestar mental de los niños.
¡Juguemos!
Desde el Programa Andino de terre des hommes Alemania, estamos comprometidos con la promoción de espacios seguros y enriquecedores donde el juego es un medio para fortalecer la identidad cultural, el cuidado de la naturaleza y el bienestar emocional de niñas, niños y adolescentes. Al apreciar y respetar las tradiciones orales y conectar con la Madre Tierra, se abre un camino hacia un futuro sostenible y lleno de respeto por nuestras raíces.