En México y Centroamérica, las chicas son protagonistas en la Semana Mundial de Jugar

6 de agosto de 2023

Aunque los contextos geográficos y culturales sean muy distintos, dos adolescentes muestran la fuerza de la propia juventud en la lucha por hacer valer un derecho fundamental: el de jugar.

 

Por Guilherme Weimann

Karen De Aquino Morales tiene solamente 14 años, pero ya es casi una experta en la actuación junto con niños, niñas, adolescentes y jóvenes: “Desde muy pequeña se me ha permitido participar activamente en espacios de diálogo, con temas de perspectiva de derechos humanos, reconociendo la importancia de ejercerlos para mejorar nuestro presente y proteger nuestro futuro”.

Actualmente, Karen integra la Red de Observadores y Defensores de Derechos en México, con una participación orgánica en su ciudad natal, Puebla, capital del estado que lleva el mismo nombre. Su paisaje – incluso simultáneamente las bellezas y los conflictos – es de una metrópoli: hay casi dos millones de personas en el municipio.

A miles y miles de kilómetros en dirección al centro de América, vive Cristhian Celeste Blandón, más específicamente en la comunidad El Pegador, del municipio nicaragüense de Las Sabanas, que cuenta con una población de 5.036 habitantes, alrededor del 75% ubicados en la zona rural.

A pesar de tener tan sólo 16 años, su trabajo en compañía de las juventudes viene de muy lejos, al igual que la labor de Karen. “Mi experiencia ha sido multiplicadora de derechos ecológicos con niñas y niños. Actualmente, organizo actividades con otros jóvenes a favor de los derechos ambientales y humanos, soy multiplicadora de teatro popular. Enseño cómo hacer obras de teatro a niñas y niños, que son utilizadas para sensibilizar sobre adaptación al cambio climático, derechos humanos y ambientales”, explica Cristhian Celeste, delegada de la Red de Jóvenes en Nicaragua e integrante de su coparte, el Instituto de Promoción Humana (INPRHU) – la ONG más antigua del país.

Ambas chicas, además de sus trayectorias junto a sus pares, se unieron en una lucha para que los niños, niñas, adolescentes y jóvenes pudieran ejercer un derecho fundamental, que es el de jugar. Juntas, cada una en su territorio y contexto específicos, construyeron la Semana Mundial de Jugar (SMJ), que este año ocurrió entre el 20 y el 28 de mayo, con el tema “Lo Natural es Jugar”.

Los juegos

De acuerdo con Karen, la SMJ se desarrolló en las prácticas cotidianas, entre lo doméstico y escolar: “Motivamos la creatividad jugando desde casa, desde actividades muy sencillas hasta actividades más complejas. También impulsamos el juego en las zonas escolares, donde las niñas, niños, adolescentes y jóvenes llevaron a cabo actividades con el acompañamiento de chicos y grandes. Fue de gran impacto ya que las actividades fueron diversas, desde un juego de mesa hasta un juego de patio”.

Como juego de patio, Karen destaca el “Pastel Partido”: “Niñas, niños, adolescentes y jóvenes forman un círculo. Uno de ellos debe dar vueltas alrededor del círculo y elegir a alguno de sus compañeros tocando su espalda. Este compañero, por su turno, debe correr alrededor del círculo del lado contrario. Ambos corren para conseguir ser el primero en llegar al lugar vacío del círculo y así consecutivamente”.

Para Karen, el ‘Pastel Partido’ tiene lecciones que van más allá de la diversión – que no deja de ser el elemento fundamental – “Este juego nos permite convivir, establecer reacciones rápidas y promover una competencia sana. A través del juego todos aprendemos a compartir, negociar y resolver conflictos, además de contribuir a nuestra capacidad de autoafirmación y creación de vínculos”.

Ya en Nicaragua, Cristhian Celeste explica que la Red de Jóvenes realizó un plan y cada representante por comunidad lo consensuó con referentes y docentes para impulsar las actividades, que fueron realizadas “en cualquier lugar y hora que se quisieron hacer”: “Por lo general, tratamos de rescatar juegos tradicionales de nuestro país, como el escondite, la rayuela, la carretilla, el juego de trompo, la cebollita, entre otros”.

Para Cristhian Celeste, los juegos “son una manera estupenda de fomentar las relaciones sociales, mejorar el ingenio y el intelecto, mantenerse activo y desarrollarse de una manera adecuada”, además de permitir que la juventud se divierta con “diversos materiales de nuestro medio ambiente y fomente una relación con la naturaleza”.

Programa Camex

La SMJ es apoyada, así como otras acciones, por Terre des Hommes (TdH), una organización suiza sin fines de lucro, que trabaja en la promoción y realización de los derechos de niños y niñas desde los años de 1960.

En el continente americano, divide sus acciones en cuatro programas: Programa Andino, que incluye Bolivia y Perú; Programa Colombia; Programa Cono Sur, que incluye Argentina, Brasil y Chile; y Programa Camex, que incluye El Salvador, Guatemala, México y Nicaragua.

“Se creó [el Programa Camex] para tener mayor facilidad de comunicación entre los países. Hablando de la Semana Mundial del Jugar, Camex nos ha ayudado a impulsar que las copartes fomenten este derecho al juego tomando en cuenta nuestra situación como país, es decir, enfocado en niñas, niños, adolescentes y jóvenes migrantes, reclutados, afrodescendientes, indígenas, entre otros, para darles a conocer este valioso derecho humano”, explica Karen. 

La TdH ha apoyado iniciativas involucradas en cuatro temas: cultura de paz, migración, combate a la violencia de género y medio ambiente.  

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